El acuerdo se concreta un mes después de que el presidente José Raúl Mulino tomó el mando del país y anunció nuevas medidas en el tema de migratorio, con la firma del pacto con Estados Unidos.
La policía de Panamá y Colombia suscribieron este domingo 4 de agosto un acuerdo binacional para reforzar la seguridad en la selva del Darién e incrementar los esfuerzos en la lucha contra el crimen organizado, el narcotráfico, la trata de personas y el tráfico irregular en la zona por donde cruzan miles de migrantes al año rumbo hacia Estados Unidos.
El ministro de Seguridad, Frank Ábrego, el director del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) Jorge Gobea y el director de la Policía Nacional Jaime Fernández viajaron el fin de semana a las instalaciones de inteligencia de la Policía colombiana para concretar el acuerdo avanzado en Panamá, como parte de la estrategia para instalar un puesto oficial fronterizo, hasta ahora inexistente entre ambos países divididos por la densa selva de Darién. En la reunión participó el ministro de Seguridad Pública de Colombia Alexis Ábrego, junto a representantes de agencias federales de Estados Unidos, país con el que Panamá suscribió un Memorando de Entendimiento que facilita la deportación y expulsión de migrantes irregulares, principalmente con antecedentes penales o requeridos por autoridades internacionales, para impedir que continúen su trayecto hacia el norte.
El acuerdo se concreta un mes después de que el presidente José Raúl Mulino tomó el mando del país y anunció nuevas medidas en el tema de migratorio, con la firma del pacto con Estados Unidos. Dada la crisis postelectoral que se desarrolla en Venezuela, especialistas prevén un éxodo de ciudadanos en busca de un mejor futuro ante la tirante relación política entre el régimen de Nicolás Maduro y Edmundo González, quien encabeza la oposición. Ambos reclaman el triunfo de las pasadas elecciones presidenciales del 28 de julio.
Los esfuerzos por concretar una mejor coordinación de las personas que salen de Colombia e ingresan a Panamá se desarrollan desde la administración del presidente Laurentino Cortizo (2019-2024), pero sin grandes frutos. Se pretendía un flujo de comunicación entre ambas naciones para facilitar el trabajo a las unidades fronterizas panameñas al obtener los datos de quienes logran llegar a poblados indígenas, ya que muchos perecen en el camino, o los asaltan, además de violaciones sexuales principalmente contra mujeres.
Sin embargo, la coordinación bilateral no logró objetivos claros. Una de las razones es que en el país vecino el tema migratorio está bajo el paraguas de la Cancillería, mientras que en Panamá es un asunto relacionado al tema de seguridad. Prueba de ello es que su director, Roger Mojica es un oficial de policía y abogado.
Una fuente vinculada al Senafront que conversó con La Estrella de Panamá ilustró que del 100% de los migrantes que ingresan a Panamá por la selva, un 25% a 30% viene indocumentado, una situación común con haitianos para evitar ser deportados a la isla. Añadió que los nacionales de China, por ejemplo, suelen enviar sus papeles a Honduras o Guatemala en currier, donde los recogen al continuar el trayecto y así logran pasar por Panamá con alguna excusa de ausencia de documentación porque saben que en Estados Unidos tienen la opción de solicitar asilo.
El Memorando suscrito entre Panamá y Estados Unidos proyecta vuelos a los países de origen para deportar o expulsar a los ciudadanos que ingresan de forma irregular al Istmo. Sin embargo, ante la suspensión de vuelos entre Panamá y Venezuela, a raíz del desconocimiento de Mulino sobre el triunfo de Maduro, persiste la interrogante de cómo se procederá en este caso.
Al ser cuestionados sobre la razón que les motivó salir de sus países, la mayoría de los migrantes alega temor por su vida, una situación económica difícil o retrae episodios de violencia.
“Toda persona que ingresa a Panamá por un lugar clandestino, que no sea un puerto, tiene una multa que alcanza hasta los mil dólares. Pero en el rejuego de la conferencias de migraciones los gobiernos aceptaron el derecho al tránsito, tal como lo suscribió Panamá en el Pacto Mundial de las Migraciones”, recordó la fuente que habló con La Decana. Ahí se centra la línea gris que permite cruzar a Panamá sin papeles por la caótica situación que viven en sus países de origen. De ahí el término flujo controlado. Aunque dentro de las medidas de Naciones Unidas, Panamá está facultado a ejercer su derecho, establecer su soberanía y cumplir sus leyes.
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