El secretario general de Convergencia Sindical no está de acuerdo con la propuesta de los empleadores. Insisten en un sistema solidario que permita un retiro con el 60% de los aportes. Los trabajadores ‘lamentan’ el escenario del ejercicio, a pesar de tener disponibilidad para llegar a consensos
Eduardo Gil.
En las conversaciones que buscan reestructurar la atención médica y reflotar el sistema de pensiones de la Caja de Seguro Social (CSS) se evidencian diferencias entre las posturas del sector trabajador y empresarial. El secretario General de Convergencia Sindical, Eduardo Gil, hace notar la importancia de contar con un sistema de pensiones solidario y evitar las cuentas individuales, éstas últimas la base de la propuesta de los empleadores. La forma en que se logra este objetivo no parece estar clara para los trabajadores. No comparten la metodología del ejercicio y sienten que el Ejecutivo desestimará su propuesta, no importa cuál sea esta. Fusionar ambos sistemas como proponen los trabajadores, según han expresado versados en el tema, aportaría una solución temporal, pero a la larga agravaría el problema.
En materia de pensiones proponían la fusión de los programas, ¿continúan con esta idea de unir el Sistema Mixto y el Programa de Beneficio Definido (solidario)?
Básicamente hay dos propuestas, una que es la del sector empresarial que consiste en pasar a todos a cuentas individuales y la otra que es de los trabajadores que es la de establecer un sistema basado en la solidaridad. Lo digo en estos términos porque no estamos de volver al 2005, sino que planteamos un nuevo sistema que se fundamente en la solidaridad y que permita garantizar la sostenibilidad financiera de la CSS y garantizar una pensión digna, no precaria o indigente.
Básicamente hay dos propuestas, una que es la del sector empresarial que consiste en pasar a todos a cuentas individuales.
El problema que tiene el sistema individual es que podría dar estabilidad financiera, teóricamente, pero crearía un problema social muy grave en el futuro. Las proyecciones del Fondo Monetario Internacional señalan que estas pensiones se reducirían a cerca del 35% y 25% en el mejor de los escenarios. En el caso chileno las pensiones han caído al 15%, esto quiere decir que si una persona tenía un salario de mil dólares, su pensión equivaldría a un salario de $150. Esto no es sostenible desde el punto de vista social.
La otra propuesta, que es de los trabajadores, consiste en establecer un sistema basado en la solidaridad.
¿Cómo se llega a ese equilibrio entre los dos programas?
El sistema mixto fue una etapa que se estableció, tiene en su mayoría los esquemas individuales. Primero es que debemos de volver a un esquema en el cual los fondos de pensiones sean un bien que se pueda rentabilizar de manera colectiva. Cuando disponemos de un fondo global que puede rentabilizarse de manera colectiva y no por ahorro individual, podríamos disponer de una condición que permita conseguir mejores dividendos de ese fondo. Mientras que cuando hablamos de una cuenta individual, la posibilidad de invertir se disminuye totalmente porque queda en cada individuo.
La advertencia es que la fusión puede agravar el problema...
La OIT ha planteado que si nosotros pasamos a cuentas individuales, que es la propuesta del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), la contribución del Estado para el 2025 se eleva entre el 25% del PIB porque tiene que reconocer las contribuciones con bonos. Eso implica que el Estado tiene que endeudarse para reconocer el valor de lo ya contribuido en el sistema solidario.
Debemos de volver a un esquema en el cual los fondos de pensiones sean un bien que se pueda rentabilizar de manera colectiva.
Es evidente que hay divergencias entre las propuestas de los trabajadores y empresarios. ¿Qué pasa si el resultado no satisface al sector trabajador?
Eso es lo bonito de un diálogo. En una negociación, un proceso constructivo todos entendemos que no todo lo que proponemos va a quedar. Entendemos que no tenemos la razón de todo. Pero con voluntad podemos acercar posiciones. Lamentablemente, a pesar de que hemos planteado que el escenario debe ser un diálogo, lo que se está dando en presidencia es una conversación en donde escucho, y yo veo lo que considero. En ese sentido es lamentable que el escenario no sea el óptimo para desarrollar este entendimiento del sector productivo. Las propuestas de nosotros también contemplan los intereses de los empresarios. Por ejemplo, si nosotros creemos que cuando una persona llega a su edad adulta tiene derecho a descanso y disfrutar de beneficios como tienen los pensionados en Europa, eso beneficia también al sector privado.
La OIT ha planteado que si nosotros pasamos a cuentas individuales la contribución del Estado para el 2025 se eleva entre el 25% del PIB porque tiene que reconocer las contribuciones con bonos.
Con el esquema de cuentas individuales, estoy seguro que el sector empresarial tiene claras las consecuencias. Es justamente el escenario de conversación lo que nos puede llevar a entrar en un punto de consenso. Lamentablemente el escenario no está planteado para eso.
Es posible que sean necesarias medidas paramétricas, ¿ustedes se oponen?
Sí, nosotros nos oponemos. Hemos planteado desde el principio nuestra oposición.
¿Qué pasa si ocurre esto?
Bueno, no puedo adelantarme a lo que va a pasar sin haber agotado todas las etapas del proceso. Lo que tenemos claro es que las medidas paramétricas a quien más perjudica es a la población trabajadora y sobre todo a las personas con menos ingresos. Estas personas a las que les han defraudado sus cuotas son las que terminarán pagando la crisis de la institución. Nosotros queremos encontrar un esquema en el que vamos a plantear un sistema que no contemple paramétricas y estas son las alternativas.
En la mesa de salud, para los trabajadores, ¿hay avances en una atención de calidad?
La división de las dos mesas, una de la salud, también presenta divisiones. Hay quienes consideran que se deben fusionar los sistemas, el Ministerio de Salud (Minsa) y la CSS. Pero nosotros decimos que el Minsa no destina suficiente presupuesto. Tiene una cantidad de instalaciones médicas desatendidas, sin personal, y a ese sistema no podemos entregarle los recursos que con mucho esfuerzo ha logrado construir la CSS.
Las medidas paramétricas a quien más perjudica es a la población trabajadora y sobre todo a las personas con menos ingresos.
¿Ustedes están en desacuerdo de la fusión de los sistemas?
Sí. Quizás, en un ideal al final puede existir ese mecanismo.
¿A qué cosas específicas se oponen en la idea de fusionar los sistemas?
A que los recursos de la CSS pasen a ser administrados por el Minsa, a ser parte de la gestión del Minsa que es justamente donde está el mayor clientelismo político. Son recursos que han contribuido empresarios y trabajadores.
El presidente ha mencionado a los trabajadores en las conferencias expresando que también son parte del sistema, que tienen su cuota de responsabilidad, ¿qué tiene que decir al respecto?
Mire, yo creo que el presidente desde el principio fue muy transparente, dijo que responde a los intereses del sector empresarial. Eso me parece honesto. Diferente a otro que dijo que era obrero y realmente respondía a otros intereses. Pero creo que entender cuál es el problema de la institución en su gobernabilidad, que es el problema de la administración. Dicho sea de paso, no hay una mesa para eso. Es un problema que hemos contemplado porque pareciera ser que los que formamos la directiva de la CSS somos los trabajadores. Nunca se habla de los representantes del sector empleador, del gobierno, de los jubilados, de los técnicos o el personal. Esos son sectores que también participan. El sector de los trabajadores es una minoría.
El problema de que los recursos de la CSS pasen a ser administrados por el Minsa, a ser parte de la gestión del Minsa, es que es en el Minsa justamente donde está el mayor clientelismo político.
Pero lo más lamentable en esto es que los trabajadores no podemos elegir libremente a nuestros representantes. Nosotros enviamos una lista de seis y luego el presidente elige quiénes son los principales y los suplentes. Finalmente pueden acabar siendo representantes en la directiva por decisión del presidente dirigentes que no tienen la mayor representatividad de los trabajadores.
Pero ustedes aportan los nombres...
Sí, pero si envío seis nombres de tres organizaciones diferentes donde tres de ellas son representativas y las otras menores que van como suplentes, pero a la hora de elegir el presidente puede poner al suplente de principal. Veamos y preguntemos al presidente, de la lista que enviaron las organizaciones a quién decidió, porque no es únicamente culpa de los trabajadores que mandamos una lista de dirigentes. El presidente decide a quién le conviene tener en la junta directiva y a quién no. Eso ha sido histórico.
Si no estuvieron de acuerdo con su representación por treinta años tenían que haberse pronunciado y enviar otro nombre...
Lo hicimos en el 2021 y el presidente Laurentino Cortizo ignoró eso. Por eso estamos diciendo que los trabajadores no tenemos control de nuestro representante.
Usted habla de 2021, ¿y antes por qué no se quejaron?
Pregúntele al presidente Cortizo por qué no nombró a otro.
¿Por qué no habla de los años anteriores al 2021?
El problema es el presidente porque elige de un listado.
Tiene 30 años sentado en la junta directiva...
No te lo voy a negar, pero nosotros no podemos asumir esa responsabilidad porque nosotros no lo nombramos. Lo nombra el presidente de turno. Nosotros hemos criticado los nombramientos arbitrarios que ha hecho el presidente. No la elegimos nosotros, sino el presidente. Se ha manejado mediáticamente para descalificar a los trabajadores que no tenemos control de quién decide el presidente. Tampoco al director lo puede sacar la junta directiva, ¿en qué empresa no se puede sacar el director? Solo en la CSS, que lo saca el presidente.
Lo que pasa es que en la ley orgánica de la CSS se establece que los gremios pueden enviar sus ternas y el presidente elige el más representativo, supuestamente. De esa lista, Conusi y Conato mandan lista, y el presidente elige de 18 nombres a seis. Yo estaba en la lista para la junta directiva, pero no me eligieron.
Pareciera ser que los que formamos la directiva de la CSS somos los trabajadores.
¿A quién eligió?
Esperemos el decreto.
Pero, ¿ya sabe a quién eligió?
Sí, pero esperemos el decreto mejor.
¿Se sienten representados en la mesa de conversación?
Sí.
¿Hay voluntad de llegar a un consenso con el gobierno?
Hay disponibilidad, pero no hay condiciones.
¿Cuáles son las condiciones?
Que se dé un diálogo de verdad en el que tengamos un moderador, las condiciones para presentar nuestras propuestas. Si cada quien juega con sus propias reglas el partido, no se logra el objetivo.
¿Qué esperan de este ejercicio?
Que el gobierno va a sacar el proyecto de ley, que ya está hecho porque el presidente nos lo dijo, y al final se va a decir que los trabajadores no fundamentaron su propuesta o que no tenía sostenibilidad.
Si eso ocurre, ¿qué pasa?
Vamos a la Asamblea y vamos a continuar conversando. Ojalá se de un debate amplio y podamos nosotros explicar en vivo nuestra sustentación y cuáles son los indicadores.
El mayor temor es que el gobierno va a sacar el proyecto de ley, que ya está hecho porque el presidente nos lo dijo, y al final se va a decir que los trabajadores no fundamentaron su propuesta o que no tenía sostenibilidad.
¿Qué pasa si se toma parcialmente la propuesta de los trabajadores?
Hay que ver qué tan parcial es. Qué tantas cosas se incluyen, positivas o negativas. Como negociador no me puedo adelantar al final porque en el proceso vamos viendo que conviene. Es posible que la propuesta de la contraparte sea buena.
El problema que tiene el sistema individual es que podría dar estabilidad financiera, teóricamente, pero crearía un problema social muy grave en el futuro.
Una palabra que pueda definir la atención médica de la CSS después de las discusiones…
Agradecido por la atención que me ha dado. Que sea eficiente y de calidad.
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